La consciencia podría definirse como el conocimiento inmediato que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones, pero también se refiere a la capacidad de los seres humanos de verse y reconocerse a sí mismos y de juzgar sobre esa visión y reconocimiento. Según esta definición, parece que la consciencia es algo innato al ser humano.

Poco o nada de lo que nos afecta escapa a nuestra consciencia, pues ésta es un mecanismo de supervivencia. Ser consciente implica una manera de interactuar con nuestro entorno, pero también nuestro entorno modifica nuestra consciencia, pues nuestra visión de nosotros mismos puede verse alterada por este mismo entorno. A este respecto, basta con pensar en cómo la famosa crisis ha alterado nuestra percepción sobre nosotros, o como cambia nuestro proceder y ánimo a consecuencia de los tristemente habituales ataques terroristas, especialmente cuando tienen lugar en Occidente.

Varias consideraciones a este respecto: la consciencia no es algo con lo que nacemos, sino que se va construyendo1. Como se ha indicado más arriba es variable y dinámica, dependiendo de las circunstancias. Sin embargo, desde siempre se ha considerado al cerebro como el órgano en que asienta la consciencia, aunque es evidente que un cerebro por sí mismo, separado de un cuerpo y aislado de su entorno es incapaz de crear consciencia. Por otro lado, un cuerpo sin cerebro también lo es: imaginen un difunto, en estado de plena insconsciencia. Y por último, el aspecto del entorno, como hemos visto más arriba capaz de alterar de manera significativa nuestras percepciones.

consciencia

Bien, y ¿esto qué tiene que ver con la fisioterapia?

Este seguirá siendo un blog sobre fisioterapia, tejidos y dolor, pero es evidente que la mayoría de los pacientes acuden a consulta o buscan ayuda de un profesional porque son conscientes de algo que les atañe (la mayoría de las veces dolor) y para lo que buscan una solución. A estas alturas, nadie duda de que el dolor es un constructo consciente, tampoco del papel importantísimo del cerebro, del papel importantísimo de los tejidos ni del papel importantísimo del entorno. Por otra parte, cuando un paciente acude a consulta por motivos distintos al dolor, sigue haciéndolo porque tiene la conscicencia de que algo le impide la consecución de su plena funcionalidad: de nuevo tejidos, sistema nervioso y entorno. En consecuencia, se antoja importante la comprensión del papel de cada uno de estos aspectos en la realidad operativa del sujeto y, sobre ellos escribiremos a lo largo de las siguientes entradas.

Para saber más:

  1. Noë A. Fuera de la cabeza. Editorial Kairós; 2010. 1 p.