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Arturo Such Sanz

En el año 2001 me gradué como fisioterapeuta por la Universitat de València. Poco después, en el 2004, abrí el centro de fisioterapia Moviment i Salut.

Desde un principio tuve muy claro que mi vocación era servir de ayuda a los pacientes con problemas musculoesqueléticos y dificultades para moverse. Sin embargo, después de un tiempo me di cuenta que había un gran número de pacientes a los que no conseguía ayudar. Lejos de abandonar, decidí buscar una explicación y, tras mucho estudio, me di cuenta que mi visión era demasiado estrecha.

Leí todo cuánto llegó a mis manos sobre dolor y tratamiento del paciente con problemas musculoesqueléticos. Aprendí de neurociencia y la relación entre el dolor, memoria, miedos y discapacidad. Aposté por aprender y entender el modelo biopsiocosocial que ayuda a explicar la discapacidad del paciente a largo plazo, independientemente de la gravedad de la lesión o enfermedad.
Mientras tanto, un grupo de compañeros, del que formo parte, iniciamos la andadura de la Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor, con el objetivo de «promocionar los avances en la investigación y estudio del dolor, y conseguir que estos nuevos conocimientos repercutan en una mejor atención del paciente con dolor”. De repente, me convertí en un motor del cambio.
Con el tiempo, observé que un tratamiento moderno en fisioterapia era también insuficiente en algunos casos: aquellos con una patología que pasaba desapercibida por los motivos que fueran. Decidí entonces estudiar patología. Como muchos de mis pacientes tenían algún tipo de lesión nerviosa me centré especialmente en el estudio de las neuropatías y dolores neuropáticos como las famosas ciáticas, síndromes del túnel del carpo, síndromes del glúteo profundo (antes llamado del piramidal), síndromes del túnel del tarso y tantos otros.
Desde un tiempo a esta parte, además, he decidido implementar programas de ejercicio activo para ayudar a los pacientes a encontrarse mejor, pero sobretodo, a estar mejor.