Los factores psicosociales condicionan el pronóstico de cualquier proceso biomédico, al menos en cuanto a la discapacidad. En igualdad de condiciones (la misma lesión) van a condicionar que un paciente mejore más o menos rápidamente. Los hay de buen pronóstico y de no tan bueno.

Una situación económica favorable, una buena red de apoyos sociales, un cónyuge comprensivo y que entiende la patología del paciente, altas expectativas en la propia capacidad de recuperación, siempre que sean razonables, son factores de buen pronóstico.

Situaciones de gran dependencia, dolor inicial de alta intensidad, escasa capacidad económica y gran presión por mejorar la situación familiar (llegar a fin de mes, en definitiva), miedo al movimiento, tendencia a un estado de ánimo bajo (bien sea como consecuencia del dolor del paciente o no), gran comorbilidad, experiencias previas negativas, escasa capacidad de afrontamiento, catastrofismo, hipervigilancia etc, son situaciones de mal pronóstico y que condicionan al menos parcialmente el tratamiento.

Por supuesto, los factores psicosociales no sustituyen a la patología y la fuente de los síntomas, que habrá que detectar y en su caso tratar adecuadamente. Pero explican mejor que ningún factor pronóstico en la mayoría de patología musculoesquelética el porvenir del paciente. De manera casi invariable. Lógicamente, un paciente en el que el aspecto biomédico, la patología, es muy relevante y de gravedad va a tener peor pronóstico que aquel en el que la patología es poco importante: los pacientes que han sufrido un accidente de tráfico y no tienen dolor en el brazo mejoran mucho más rápidamente que los pacientes que tienen pérdida de sensibilidad y fuerza muscular en el brazo, con una radiculopatía. El paciente que después de una actividad deportiva intensa se levanta con dolor generalizado en piernas y columna lumbar (sin patología asociada) va a tener mejor pronóstico que el paciente con una hernia de disco con una radiculopatía severa asociada. En estos casos, la resolución de la patología asociada mejorará muy probablemente el miedo al movimiento, la desesperanza o la pérdida de interés en una vida social activa.

Aunque los fisioterapeutas investigan en gran medida sobre los aspectos psicosociales en relación al dolor musculoesquelético, parece que clínicamente no se consideran en su justa medida. Hay investigación sobre esto1. En algunas ocasiones se menosprecian abiertamente y parece que son considerados cuestión del terapeuta: eso es cosa de los fisioterapeutas a los que les gusta el tema del dolor, se escucha en no pocas ocasiones, y es cuestión de largas discusiones, como si el ser humano fuera un ente simple y funcionara de manera lineal. Lo que parece que se olvida, sin embargo, es que los factores psicosociales, como la patología, son cuestiones del paciente.

Para saber más

Roussel NA, Neels H, Kuppens K, Leysen M, Kerckhofs E, Nijs J, et al. History taking by physiotherapists with low back pain patients: are illness perceptions addressed properly? Disabil Rehabil. 2015 Aug 26;:1–12.